Normalmente se utiliza un relleno resistente al fuego en los cables para evitar la propagación del fuego. El material de relleno generalmente está hecho de un compuesto mineral o un material de polímero sintético que ha sido diseñado para retardar el fuego.
El material de relleno se coloca dentro del cable para llenar cualquier espacio entre los cables aislados y la cubierta exterior. En caso de incendio, el material de relleno se expande y forma una barrera que ayuda a contener el fuego dentro del cable, evitando que se propague a otras áreas.
Los materiales comunes utilizados para rellenos de cables resistentes al fuego incluyen lana mineral, cinta de mica y fibra cerámica. Estos materiales pueden soportar altas temperaturas y no son combustibles, lo que los hace ideales para su uso en aplicaciones donde la resistencia al fuego es un requisito fundamental.
Es importante tener en cuenta que el uso de rellenos resistentes al fuego por sí solo no hace que un cable sea completamente ignífugo. Otros componentes del cable, como el aislamiento y la cubierta exterior, también deben diseñarse para proporcionar resistencia al fuego para garantizar que el cable cumpla con los estándares de seguridad contra incendios requeridos.